Los fideicomisos del derecho civil catalán, en los que el testador establece que sus bienes se transfieren primero al heredero fiduciario y luego, normalmente cuando muere, pasan a los herederos fideicomisarios, son muy ricos en posibles situaciones y más comunes de lo que podríamos pensar en un inicio. Por ejemplo, pensemos en la pareja del hijo o hija que no nos gusta y a quien no queremos que pase la empresa, o en el nieto tarambana que también queremos evitar. En estos casos, la aplicación de los beneficios de la empresa familiar en el impuesto sobre sucesiones y donaciones debe aplicarse de manera finalista, de acuerdo con el espíritu y la voluntad de la ley y sería conveniente cambiar la ley para dar más seguridad jurídica al testador y mantener todas las diferentes posibilidades de ordenar su sucesión.
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